El realismo sucio no es un crimen.
Literatura sin engañifas

  • No soy Enrique Vila-Matas (Montero Glez)
  • No soy Enrique Vila-Matas (Montero Glez)
  • No soy Enrique Vila-Matas (Montero Glez)

Los cincuenta y cuatro artículos que contiene este libro (escogidos con mimo para la ocasión), trazan un viaje a través de la música, literatura y otras expresiones artísticas que forman parte del universo de Montero Glez.

Esta edición de pequeño formato, con la que se estrena la colección Punto Veintidós de Papelillo, incluye unos índices finales que suman valor a un libro donde las referencias culturales tienen gran relevancia.

«En el principio fue el aullido, el grito liberador cuya sombra se proyectaba en el infierno. Luego llegó el metal del saxofón, el cuerno del diablo que imita los bocinazos de los coches; el sonido de una ciudad donde se abandona todo tipo de esperanza; el mercado negro donde se ofrecen sacrificios al dios Moloch a cambio de interés a corto plazo».

  • La carretera muerta (Gabriel Oca Fidalgo)
  • La carretera muerta (Gabriel Oca Fidalgo)
  • La carretera muerta (Gabriel Oca Fidalgo)

La carretera muerta recoge seis historias que relatan las vivencias a finales de los ochenta del protagonista, Gabi, un buscavidas enganchado al caballo. Genuino hiperrealismo sucio leonés, puro, sin adulterar. Textos autobiográficos y sin cortes, surgidos de la calle y de las entrañas de Oca Fidalgo. A pecho descubierto.

Citando a Paco Gómez Escribano en el prólogo que acompaña a esta edición: «No se anda con jodidos eufemismos el nota».

«Y allí estaba de nuevo, de visita en las Barranquillas, como si el tiempo no hubiese pasado. Pero el tiempo había pasado sin duda: ahí estaba el metabús lo primero, a la entrada del poblado con una cola que ni te cuento. Y luego en el interior lo indescriptible: las chabolas con chapa de uralita, los coches destartalados, la procesión de adeptos entrando y saliendo sin descanso. Los corrillos y la peña, la basca que te entra y ese tío que no te deja, buscándose la vida, suplicando una limosna, comiéndote la oreja. La nueva generación de críos luciendo frescos como el rocío pero con la cabeza hecha migas por la farlopa. Y por su puesto que la gente de mi quinta, muertos en vida la mitad de ellos, deshechos con la factura que les ha pasado ese Madrid en el que te quitabas el mono con cien duros».

  • Pauline. Memorias de la madame de Clay Street
  • Pauline. Memorias de la madame de Clay Street

Pauline Tabor nació a principios del siglo pasado en un entorno rural (Bowling Green, Kentucky) y dedicó la mayor parte de su vida a ejercer como madame. Una vez jubilada, escribió Pauline’s (título original) desde su apacible granja.

Para esta edición contamos con una nueva traducción de la mano de Miguel Ángel Medina, también conocido como Med Vega, quien le devuelve su poderío a la voz de Pauline.

«Supongo que habrá quien diga que escribo mis memorias para disculparme por la vida que he llevado, o que busco dar glamour a un negocio turbio e ilícito. Esa no ha sido mi intención. Soy muchas cosas, pero no soy una hipócrita. He tenido mis alegrías y mis penas, mis altibajos, mis sorpresas y mis decepciones. Pero nunca he perdido la fe en mí misma».

Testimonios

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